miércoles, 1 de abril de 2015

Reflexiones sobre el atentado en Túnez

Por desgracia ya hemos llegado a un punto donde la pregunta no es si habrá un nuevo atentado, sino dónde y cuándo.

Es cierto que los atentados perpretados contra occidentales (miembros de los países ricos) tienen una repercusión muchísimo mayor, pero no deja de existir una verdadera sangría que se repite con demasiada frecuencia en muchos lugares con unas cifras más parecidas a un conflicto bélico.

Y creo que sería interesante dar una nueva óptica a este verdadero problema de seguridad global.

En primer lugar destacar el aspecto de global, no se trata de atentados realizados en un lugar determinado, ni tan siquiera de atentados perpetrados por un grupo nacional o local.

En realidad nos estamos enfrentando a una reacción de violencia extrema reivindicativa a la que vemos sumarse inconcebiblemente a muchas personas ajenas a la raíz del conflicto.

No nos confundamos, la religión ha sido el catalizador, pero no la causa. La causa parece mucho más profunda y global. La injusticia, la desesperanza, la pobreza... Qué voy a contar que no sepamos. Pero la pregunta que toca es cómo reconducir la situación.

Sin duda alguna ésta habrá de tener múltiples acciones por parte de los gobiernos pero también de las empresas y ciudadanos en la medida que nos afecta.

Creo que ya no podemos mirar a otro lado y descargar responsabilidades en las instituciones y gobiernos porque la situación simplemente se ha desbordado. Lo que está sucediendo no es la consecuencia, sino nada más que el inicio de cuanto vendrá, pues a pesar que se intenta denodadamente neutralizarlo, las causas aumentan exponencialmente con mayor pobreza, mayor injusticia y mayor caldo de cultivo de nuevas explosiones. Conflictos como el de Ucrania, Siria, Líbano, Irak, Palestina etc, o la crisis económica que sume a miles de personas a una situación insostenible además de inducir a países "amigos" a enfrentarse aumentando el número de desheredados de la sociedad.

La Seguridad Privada, por su puesto, tiene un campo de acción limitado pero no deja de poseer un potencial espectacular que ayudaría a la sociedad a reencontrarse y ¿quién sabe? si se generaliza a aportar una ayuda muy necesaria en este mundo convulso.

Nuestro objetivo es buscar la seguridad de las empresas e instituciones donde trabajamos. Estamos mejorando considerablemente con modelos de seguridad y una gestión cada vez más depurada encontrándose los estándares de ASIS a la cabeza a nivel internacional. Pero no es suficiente.

Sí es cierto que esta estandarización no solo nos está permitiendo trabajar de forma más eficiente y obtener unos entornos más seguros y controlados pero ahora toca dar el siguiente paso.

El paso de la socialización de la Seguridad entendida como la toma en conciencia del entorno en donde se ubica y desea actuar. El llamado Genius Loci.

Hemos de entender que la sociedad está compuesta de individuos que, por mucho que nos encontremos en el paradigma de la civilización consumista e individualista, actúa dentro de ella y se encuentra altamente influido por cuanto le rodea tanto en el plano físico como relacional. No somos islas en el océano sino miembros de ciudades, estados y continentes.

De esta forma un mejor conocimiento de nuestro entorno, y más concretamente, el de las empresas para las que deseamos mejorar la seguridad  nos dará las claves para mejorar la propia sociedad.

Las preguntas que debemos hacernos en seguridad empiezan a cambiar. Un lugar es conflictivo por algo, los delincuentes no se crean de la nada ni el ansia por el bien ajeno surge siempre de la gratuidad del libre albredío.

Así herramientas como el CPTED (Crime Protection Through the Environmental Design - Protección frente al Crimen a través del Diseño del Entorno) nos muestran todo su potencial y nos permiten empezar a comprender mejor el por qué y el afrontar soluciones más viables, racionales y ante todo efectivas, especialmente el CPTED de 2ª Generación que incorpora al entorno social dentro dento de las herramientas de trabajo.

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